viernes, 5 de marzo de 2010

La sanguijuela de mi niña

La discoteca se llamaba 753. Jody tenía la impresión de que todas las discotecas nuevas que se ponían de moda tenían nombre de número. Kurt y sus amigos de la Bolsa eran grandes aficionados a las discotecas con nombre de número, y sus conversaciones de los lunes por la mañana parecían ecuaciones:

--Fuimos al 1492 y al 1066, y luego Jimmy se bebió diez setenta y sietes en el 1970, copio un pedal del quince y hubo que llamar al 112.


Soy profunda admiradora de las obras de Cristopher Moore, lo descubrí el año pasado con “¡Chupate esa!” y le siguieron “El ángel más tonto del mundo” y “Un trabajo muy sucio”. Y maldita sea ¡quiero más!!

Me encanta la sátira del escritor a su hora de narrar, como consigue sacarle punta a todas las situaciones donde se encuentran sus personajes (increíble pero si, no acabara un párrafo sin dar una profunda reflexión (como la comparativa del queso y la vida dada en “Un trabajo muy sucio”) o un párrafo que te rías, tal y como el que he puesto arriba.


“La sanguijuela de mi niña”, es la primera parte de “¡Chupate esa!”, la han conseguido traer después de un año, pero la espera ha valido la pena.

El libro se centra principalmente en Jody, recién convertida en vampira , sus primeras andadas por el mundo acostumbrándose a sus nuevos poderes, Tommy, el escritor desesperado por salir de su piso de alquiler lleno de chinos que le hacen proposiciones matrimoniales para obtener la ciudadanía, se va desde la primera noche a vivir con la chica. Allí conoce los poderes de su novia, pero su preocupación es saber si esta le romperá o no el corazón (ya se sabe que los escritores son muy sensibles).

El vampiro que creo a Jody, la vigila atentamente, y no le gusta nada que esta se haya quedado con un humano que tiene unos compañeros de trabajo que más que reponer en la tienda se dedican a beber cerveza y jugar a los bolos con cajas de detergentes y pollos congelados.

Y hasta aquí puedo leer.


Mis lecturas favoritas son sin duda las de humor, aunque he tenido la suerte de no tener que leer nada tan malo como para marcar excepción ¡me gusta el humor! AINS. Echaba de menos a Tommy y Jody, me han faltado los otros extras (Abby Normal, una niña gótica encantadora) que aparecieron en la segunda novela (AH, por cierto, lo que es encantador de los libros de Moore, es que mezcla a los personajes de sus otras obras, siendo Emperador con sus dos perros el dominante en todas (otro personaje encantador, mis respetos para el Emperador)).


Un final no tan inesperado pero a se sabe que lo importante no es el final, si no el camino a recorrer.

No sabría que decir para recomendar este libro, salvo las risas aseguradas que promete esta obra, la manera de enganchar, la sátira a la actualidad, ¡lo que vais a disfrutar leyendo!

Este libro, tiene un 10.

Lo recomiendo con los ojos cerrados.



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