domingo, 12 de agosto de 2012
Yo, robot - Isaac Asimov
Plantando la semilla de las leyes de la robotica. Tuve la suerte de hacerme con este libro cuando tenía unos once o doce años, me dio un palpito respecto a esta lectura la verdad. Y ya por aquel entonces la disfrute mucho, (el primer capitulo me engancho mucho). La relectura ha sido igualmente mejor, me ha sorprendido la cantidad de cosas que recordaba pese al tiempo, pero, la verdad, que es lo que tienen las grandes historias. Y aquellas que llaman especialmente.
Yo, Robot, de Isaac Asimov, empieza con la doctora Susan Calvin a la cual entrevistan respecto a su trayectoria en el plano de la robopsicologia. Entonces el libro pasa a dividirse en capítulos donde la doctora habla sobre algunos de los casos que ha escuchado o ha vivido en sus propias carnes. A lo largo de cada capitulo, se explica y profundiza en el concepto de las tres leyes de la robotica:
1º Un robot no puede hacer daño a un humano o por misión de acción puede dejar que un humano sufra daño. (Esta frase la recuerdo de memoria por la película Aliens yea)
2º Un robot debe obedecer a un humano, siempre y cuando esta ley no entre en conflicto con la primera ley.
3º Un robot debe proteger su propia existencia, siempre que esta ley no entre en conflicto con la primera y segunda ley.
Si el libro os ha dado curiosidad, ahora paso a relatar completamente los capítulos de Robbie, Mentiroso y Pequeño robot perdido, así que si queréis saber como terminan por vuestra cuenta, no leáis el resto de la entrada. Como nota a mi el libro me encanta, algunos capítulos son grandiosos, otros más flojos, pero en general es muy recomendado si os gusta el genero de la ciencia ficción.
9/10
Ahora a recapitular:
El primer capitulo que me engancho, se titula Robbie y es una clara inspiración a la película El Hombre Bicentenario (donde por cierto, salen los personajes de Robbie y la Doctora Susan, pero no tienen los roles del libro), donde una pequeña niña se encariña con su robot niñera. Es curioso en el sentido de que la joven, aun sabiendo que es un robot, no lo discrimina ni lo rebaja, llegando incluso a ponerlo a la altura de un ser humano. Su madre, preocupada por esta actitud, acaba por quitarle el robot, provocando que la niña se deprima al perder a su amigo... y después ponga en peligro su vida cuando acaba por encontrarlo. Un capitulo de introducción ideal que, al hablar de sentimientos humanos más que de robots (porque Robbie es un modelo que ni siquiera puede hablar).
Otro capitulo que me gusto mucho fue el de Mentiroso, donde se ve la trampa que para un robot puede entrañar la primera ley, y es que han fabricado un modelo capaz de leer las mentes humanas, Susan lo investiga y el robot, al percatarse que ella no es 100% feliz, decide mentirle contándole aquello que a ella le gustaría: que uno de sus colegas de profesión estuviera enamorada de ella. Por supuesto, aunque Susan sea una persona, no fría si no... completamente analítica y ordenada; pero igualmente intenta corresponder a su ansiado amor, descubriendo entonces la mentira. Y, más en venganza que por curiosidad científica, ambos involucrados en la mentira, se presentan ante el robot, que incapaz de hacer daño sentimental al desvelar la mentira, o herir en el orgullo al hombre al continuar con su mentira, acaba por autodestruirse al entrar en conflicto la primera norma.
Sobre un capitulo que, pese a no llamarme me resulto interesante: Pequeño Robot Perdido, aunque era pequeña, aun recordaba lo extraño que me pareció este capitulo. Un robot que ya ha terminado sus tareas, pregunta al humano al que esta a cargo sobre "que hacer en ese momento", y el humano, le dice coloquialmente "lo que parezca". Claro, al no darle una orden de finalizar la tarea tipo descansa/por hoy nada, pero al mismo tiempo, no teniendo nada que hacer, el robot confuso empieza a bagar por todas partes sin rumbo, hasta salir de la instalación donde la radiación exterior es peligrosa para los humanos que no van a poder buscarle.
No desvelo el final del capitulo, pero creo que queda claro el, que para una maquina tan avanzada como las presentaba Asimov, aquello era algo como poco extraño, un punto flaco para las tres normas de la robotica.
Sobra decir que no fui la única en pensar así, hace años que tuve curiosidad al respecto y busque sobre ello, encontrando la cuarta ley de la robotica (no recuerdo quien la promulgo) pero decía -Que un robot fuera de sus obligaciones, podía computar ideas propias y acciones propias, siempre que no entrará en conflicto con la 1º,2º y 3º ley de la robotica. La verdad que con eso el capitulo hubiera quedado resuelto.
Pero, buscando información sobre precisamente esto para la entrada, resulta que la 4º ley de la robotica es -Un robot debe proteger la existencia de los de su especie, siempre que no entre en conflicto con la 1º, 2º y 3º norma. Igualmente es logico, pero entonces el capitulo se hubiera quedado colgando.
De todas maneras, aunque las tres primeras son las fundamentales, era inocente por mi parte de pensar que fueran las únicas... total, solo hace falta echar un ojo al manual de una lavadora para darse cuenta.
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